Esta
escena está formada por cerca de 55 planos. Los planos van pasando a un ritmo
normal al principio de la secuencia, pero una vez que el asesino comienza a
acuchillar a la protagonista, el ritmo de los planos aumenta visiblemente ya
que van a incluso más rápido de 1 plano por segundo, así consigue dar mayor dinamismo
a la acción. Al final de la secuencia, una vez que el asesino ya ha abandonado
el baño, el ritmo es muy lento, permaneciendo mucho tiempo el mismo plano para así dar mayor dramatismo.
Se
emplean primeros planos, primerísimos planos y planos detalle principalmente.
Aparece un gran número de veces el plano detalle de la alcachofa de la ducha. Otro
plano detalle aparece cuando abre las cortinas el asesino y se ve un plano de
la boca de la mujer chillando, o también, una vez que ha sido apuñalada,
enfocan un plano detalle de su mano apoyada en las baldosas. Incluso otro plano de este tipo podría
ser el de la ducha con la sangre. Ese plano lo utilizan en un tiempo muy específico
para dar mayor sensación de tensión o reforzar un objeto clave.
Aunque
para las fechas de esta película ya podía haber películas en color, el autor se
decidió por una película en blanco y negro para así, dar más intriga y
suspense. El tono de luz siempre permanece igual, aunque hay que destacar como
desenfocan la imagen del asesino cada vez que aparece acuchillando a la
protagonista, para así no desvelar en ese momento su identidad.
La música
juega un papel muy importante es esta escena aumentando la sensación de miedo y
pánico. Comienza con el grito de la
protagonista en cuando el asesino abre las cortinas de la ducha. El ritmo de la
música en esta parte es muy rápido y con un volumen alto, coincidiendo también con
el momento de mayor intensidad en la
escena y en el momento en el que los planos van pasando más rápido. Una vez que
el asesino abandona el cuarto de baño, la música comienza a bajar su intensidad
y volumen.
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